Miercoles, les.

Y qué día! He disfrutado como una enana del día de hoy, sí, no hay más.

Acabar en el bar opulente o en el kebab de casa de blanca y volver a casa con la espalda y el alma reventadas no tiene precio, porque sí, lo necesitaba. En fin, los exámenes oficialmente acabados y eso es ya un gran paso.

Hasta la próxima...

Elucubraciones absurdas sobre festivales y conciertos venideros, noticias aún por confirmar.


Y a la vuelta a casa lo que creo que faltaba en mi vida, encontronazo con Álex en Alonso Martínez, el pobre estaba tan cansao que no sabía siquiera que estaba en la línea diez de metro.


En fin, hoy sonrío por sonreír, porque no estoy triste y últimamente creo de hecho que lo que estoy es demasiado objetiva, y de lo malo lo mío no es ni con mucho lo peor.

Aunque me duela la espalda, aunque me cueste llegar a fin de mes, aunque tenga que cocinar, fregar, lavar la ropa, ordenar y limpiar. Aunque tenga mucho que estudiar y demasiado poco tiempo. Aunque de novios mejor ni hablamos y las amistades pueden sufrir demasiadas modificaciones imprevistas, aun con todo hoy sonrío, y lo hago plenamente, sin máscara.