Me subo a lo mas alto de la locura me encuentro a mi princesa hablando con la luna echandose carreras a ver quien es mas....PUTA!

sábado, 22 de agosto de 2009

Hace mucho que dije que emplearía este blog como diario y soy consciente de que no lo he cumplido.

En fín, hoy que tantas dudas han asaltado mi corazón me parece un buen momento para actualizarme. No contaré experiencias muy viejas ya que mi corta memoria tampoco me lo permite.

Simplemente hablaré de esta semana.

Desde el viernes pasado estoy de vacaciones en el trabajo.
La semana prometía ser interesante y aprovechada, pero como en tantas otras ocasiones mis sueños en vela han volado más rápido de lo que la realidad permitía. Y así sólo he empeñado mi tiempo en tonterías sin sentido que más adelante pasarán factura.
Y ya estamos a sábado...
El jueves fue un día vacío y hueco en el cuál sólo mi cabeza funcionó.
Pero por la noche un plan surgió de golpe permitiendome soltar toda la adrenalina que tenía dentro bailando durante horas.
Acabé como es lógico cansada auque no me arrepienta, ojalá pudiese decir lo mismo de tantas cosas como hago.
Ya me había comprometido a acudir a una fiesta, por lo que acudí. Y lo pasé francamente bien. Pensé mucho, y en muchas cosas vetadas para mí, pero eso carece de importancia.
Cuando he vuelto a casa ha sido con un buen sabor de boca aunque pronto ha tornado en dolor de tripa por lo cual no he podido acudir a otra cita a la que me comprometí a asistir.
Pese a todo ahora esoy mejor y sentada en el sofá con una shisha y la tenue luz de una vela estoy tratando de relajarme, de soñar solo lo suficiente y de respirar profundamente para poder comprender. Comprender cosas que quizás estén fuera de mi alcance pero es problematico que mi cabeza no pueda parar de pensar y que de momento tenga varios frentes no me anima.
Son tiempos que dedicarme a mí misma y dejar de pensar en ese corazón capaz de volverme loca si se lo permito.



Y como no la parte de reflexión en el día de hoy:

Tengo miedo.
Miedo al amor no correspondido, al no amor, miedo a la soledad perpetua, al olvido absoluto; a que me torturen fantasmas del pasado.
Pero creo que podré dejar de temer si en algún momento consigo ser dueña de todos mis sentimientos, de mis pensamientos y mis acciones.
Si algún día llego a madurar lo suficiente como para cargar con las culpas de mis errores, si acepto mis fallos como lo que son y no autocompadeciendome. Puede que entonces aparezca de nuevo ese sol que hace tanto tiempo perdí tras oscuros nubarrones.
Y creo que entonces seré feliz.
Podré al fin quitarme esa estúpida máscara que cubre mi rostro cada vez que sonrío.
Pero solo si confío en mi misma conseguiré que alguien confíe en mi.
Y hasta entonces solo me queda una soledad parcial con pequeños amagos de amistad o amor hipocritas e insulsos...


Es lo que toca. Apechugar con lo actual hasta que torne en algo mejor y futuro...